FIFA presenta las mascotas del Mundial 2026: México es un jaguar bien chido, Canadá un alce buena onda y EE.UU. un águila rifada
Oct 08, 2025
¡Qué bonito es no hacer nada! Y si no, que le pregunten a Rocío Nahle, a quien el mismísimo Eduardo León Trauwitz, exjefe de seguridad de Pemex en los tiempos de Peña Nieto, dice que le llevó una carpeta de 300 hojas con todo el chisme del huachicol en refinerías, ductos y demás... ¿Y qué hizo Nahle? Pues nada, absolutamente nada.
"Le dimos todo, hasta con dibujitos", dijo prácticamente el general.
No dije que ella robara, pero sí que tuvo en sus manos la oportunidad de frenar el huachicol... y no lo hizo.
Según Trauwitz, la entonces secretaria de Energía (y ahora flamante gobernadora de Veracruz) recibió de sus manitas un dossier digno de serie de Netflix, con mapas, nombres, rutas, modus operandi y hasta horarios del robo de combustible.
¿Y qué incluía la carpeta?
Gráficas con fugas de presión que indicaban tomas clandestinas.
Rutas de trenes, barcos y pipas operadas por los de siempre: los intocables.
Nombres de funcionarios, trabajadores coludidos y lugares clave para el saqueo.
Pero Nahle, que bien pudo haber detenido el huachicoleo nivel industrial, decidió guardar el documento quién sabe dónde, o tal vez lo usó para envolver las tlayudas. Total, ¿pa' qué complicarse?
Trauwitz también recordó una explosión en instalaciones de Pemex por allá del 2013 que prendió más alarmas que testigo de aceite en Tsuru. Según él, ahí empezó a salir la pus: tecnología del Ejército usada para robar, cámaras rotas, medidores de risa y registros a manita limpia.
El robo ya no era de cubetitas... era a lo grande: ductos, barcos, trenes y cobertura institucional. ¡A lo narco-empresarial, pues!
Y por si fuera poco, mataron a dos gerentes que andaban de valientes denunciando cosas raras en Salamanca y Veracruz. Pero claro, a nadie le importó. Porque en Pemex, el que dice la verdad no llega al viernes.
Trauwitz, que ahorita anda en Canadá viendo si lo devuelven a México con moñito rojo, dice que lo quieren extraditar por "pérdida de confianza". O sea, por romper válvulas ilegales para que ya no se robaran la gasolina, pero sin seguir el papeleo burocrático de siempre.
Estoy acusado por evitar el robo. Lo hice mal, pero lo hice. Y eso se usó en mi contra, chilló el general.
También dice que nunca le enseñaron su carpeta completa, que el testigo principal nunca apareció y que esto ya no es un juicio, sino una venganza política con toques de drama telenovelero.
Pues nada, calladita, como si no la estuvieran quemando en leña verde. Hasta el momento ni pío ha soltado, aunque el escándalo le explota justo cuando se estrena como gobernadora.
¿Será que el expediente sí lo vio? ¿Será que lo ignoró? ¿O será que en Pemex ya no sorprende nada?
Este personaje fue la mera riata en seguridad de Pemex cuando Peña andaba en Los Pinos. Era el que supuestamente tenía que evitar que se robaran la gasolina. Y ahora está acusado de formar parte del mismo desmadre que debía frenar. Ironías de la vida.
Pero él se defiende con uñas, dientes y expedientes: dice que los verdaderos culpables siguen cobrando quincena, mientras él es el chivo expiatorio de una guerra que nadie quiere ganar porque todos están metidos.