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Ene 22, 2025
Felipe Calderón y Vicente Fox fueron declarados "personas non gratas" junto a otros expresidentes latinoamericanos
En una jornada cargada de tensiones políticas, la Asamblea Nacional de Venezuela, controlada por el oficialismo, aprobó por unanimidad un acuerdo que declara "personas non gratas" a varios expresidentes latinoamericanos, entre ellos los exmandatarios mexicanos Felipe Calderón y Vicente Fox, ante la posibilidad de que estos acompañen al líder opositor Edmundo González Urrutia en su intento de asumir la presidencia de Venezuela el próximo 10 de enero de 2025.
El Parlamento venezolano, bajo el liderazgo del oficialismo, rechazó las declaraciones de apoyo de estos exgobernantes a González Urrutia, quien pretende juramentarse como presidente en un acto simbólico, desafiando al régimen de Nicolás Maduro.
Los expresidentes afectados por esta declaración de rechazo incluyen, además de Calderón y Fox, a Andrés Pastrana (Colombia), Mario Abdo Benítez (Paraguay), Mireya Moscoso y Ernesto Pérez Balladares (Panamá), Jorge Quiroga (Bolivia), Jamil Mahuad (Ecuador) y Laura Chinchilla (Costa Rica).
Acusaciones de "Injerencismo" y "Fascismo"
La diputada Rodbexa Poleo, quien presentó el proyecto de acuerdo, justificó la medida señalando que el objetivo de la Asamblea Nacional es proteger la soberanía de Venezuela frente a lo que considera "un intento de injerencia extranjera". Según Poleo, las declaraciones de los exmandatarios representan una fascista y ultraderechista voluntad de intervenir en los asuntos internos del país.
El acuerdo también señala que el grupo de expresidentes está vinculado a lo que se denomina una "ultraderecha internacional", y fue aprobado tras el anuncio de que nueve exgobernantes latinoamericanos se sumarían al líder opositor Edmundo González Urrutia en su intento de asumir la presidencia en lugar de Nicolás Maduro. Este acto simbólico busca desconocer la legitimidad del mandato de Maduro, quien fue reelegido en 2018, pero cuya legitimidad es cuestionada por amplios sectores de la oposición y la comunidad internacional.
José Brito, un legislador opositor a Maduro, se sumó al debate y acusó a los exmandatarios de "hipocresía supina", llamándolos "cuatro eclécticos" incapaces de volver a presentarse en sus propios países, incluso a niveles menores de gobierno. En sus palabras, estos exgobernantes son "rechazados por sus pueblos" debido a su vínculo con lo que considera políticas "entreguistas".
Sin embargo, la discusión tomó un giro más radical cuando el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, intervino para plantear una postura aún más dura. Rodríguez sugirió que el acuerdo aprobado por los legisladores era "tímido" y abogó por un tratamiento más severo para los exmandatarios si se atrevieran a ingresar a Venezuela sin autorización. Si osan hoyar, aunque sea con una sola planta de su asqueroso pie, el suelo de la República Bolivariana de Venezuela, deben ser tratados como invasores, sentenció Rodríguez, quien además propuso que, en caso de ingreso sin permiso, los exgobernantes deberían ser "capturados" y enfrentarse a "todo el peso de la ley".
Rodríguez subrayó que si alguno de estos exmandatarios llegara al país sin el debido permiso de las autoridades venezolanas, sus aeronaves y tripulaciones deberían ser tratadas como fuerzas extranjeras hostiles. Esta postura refleja la tensión creciente en Venezuela ante los intentos de la oposición de desafiar al régimen de Maduro.
Contexto político
La declaración de "persona non grata" se da en el contexto de una profunda crisis política, económica y social que atraviesa Venezuela, que ha llevado a millones de ciudadanos a huir del país en busca de mejores condiciones de vida. Maduro, quien asumió la presidencia en 2013 tras la muerte de Hugo Chávez, ha sido reelegido en un proceso electoral considerado por muchos como fraudulento, lo que ha generado una grave crisis de legitimidad tanto dentro de Venezuela como en la comunidad internacional.
Por su parte, la oposición venezolana, liderada por figuras como Juan Guaidó, Edmundo González Urrutia y otros, ha luchado por restablecer lo que consideran una democracia perdida en el país. Los opositores acusan al gobierno de Maduro de recurrir a prácticas autoritarias para mantenerse en el poder, incluyendo la represión de manifestaciones, encarcelamientos de líderes opositores y el control de las principales instituciones del Estado.
El veto a los expresidentes latinoamericanos por parte de la Asamblea Nacional de Venezuela refleja el clima de polarización política que atraviesa el país, donde cualquier intento de apoyo externo a la oposición es considerado una amenaza a la soberanía.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación los próximos pasos del gobierno de Maduro y la creciente presión sobre los opositores que intentan tomar el control del país de forma pacífica.